sábado, 29 de enero de 2011


El poder de la iniciativa.


Fue en un restaurante cerca de San Pedro del Pinatar, la encontré sentada menuda...tan solo ocho años. Entre una batalla de sillas y mesas, no me percate de la escena hasta que no me aproxime y entendí que la suya era una mesa especial. Repleta de bisutería y complementos.

De la sorpresa pasé a la emoción y de esta al orgullo, al observar que una niña de esa edad había tenido la valentía de realizar lo que para muchos es un sueño inalcanzable, tenia su pequeño e improvisado negocio. Estaba diseñando, creando y además reciclando. Simplemente admirable.